Desde mis inicios en la informática, allá por el año 1995, he trabajado con Windows y desde que empecé a estudiar informática por el 2004, tonteé con Linux, más concretamente con Ubuntu. Aluciné con ese sistema operativo cantidad, ya que por aquella época los equipos montaban Windows XP y el instalador era bastante soso, aburrido y muy lento. Y recuerdo que durante la instalación de aquella distribución de Linux Ubuntu que nos facilitaron en el instituto podías navegar por Internet mientras el sistema operativo se instalaba. Además de que podías utilizarlo en su versión Ubuntu Live CD sin necesidad de instalarlo en tu disco duro, lo que lo hacía una auténtica pasada. Corría bastante rápido para ser una versión ejecutada directamente desde la memoria y el CD y ya te decía que ahí dentro había mucho potencial.

Windows 98, madre mía, qué recuerdos… Salía del colegio y se acercaban las navidades de 1998. Puede que fuera por estas fechas, la primera quincena de diciembre y yo andaba muy nervioso porque apenas unos días atrás fuimos a El Corte Inglés a encargar mi primer ordenador personal. Así que, cada tarde al salir de clase, iba corriendo a casa con la ilusión de encontrarme al técnico montando mi nuevo equipo, hasta que llegó el día.

Desde la otra esquina vi la furgoneta de El Corte Inglés y me faltaban piernas para subir a casa. Efectivamente, allí estaba el técnico montando mi equipo. Es muy probable que tuviera la edad que tengo yo a día de hoy, unos 30, aunque yo lo recuerdo muy mayor 🙂 El chico me preguntó si ya estaba familiarizado con el sistema operativo Windows 98 o si conocía Windows 95. Yo a todo le decía que sí, y eso que apenas había tocado algún ordenador de algún amigo o los equipos que teníamos en el colegio donde estudiaba 6º de Primaria. Pero sólo quería que se marchara y que me dejara trastear mi primer ordenador.

Recuerdo que mi madre nada más que hacía que insistirme en que prestara atención a todo lo que aquél señor me decía para no romper el aparato porque era muy caro y es que costó, nada más y nada menos que la friolera de 350.000 pesetas que en la época, era una auténtica burrada. Así que mi madre tenía mucho miedo porque se cuidara bien la máquina. Me duró más de diez años, así que imagino que le salió rentable. Pero eso ella en aquél entonces no lo sabía 🙂

Le preguntaba cosas sobre los virus, Internet y sus peligros, los videojuegos violentos, la pornografía… Madres… Recuerdo que el técnico de El Corte Inglés le respondía siempre afirmando que disponía de dicho servicio y cuando mi madre le reprochara que lo tuviera el técnico me miraba cómplice y corregía diciéndole a mi madre que desactivaría dicho servicio. Era algo como:
Mamá: ¿Con este ordenador se puede conectar a Internet?
Técnico: Sí, por supuesto. Tiene el mejor módem del mercado y además…
Mamá (cortando al técnico en su explicación): Pues me dijeron en la tienda que no tenía. Yo no quiero que tenga porque es muy peligroso. Ahí sólo hay que cosas raras y cuesta un ojo de la cara. No quiero que tenga esa opción.
Técnico: No se preocupe señora, (mientras me miraba cómplice), que yo le quito la opción de conexión a Internet. No se preocupe.
Mamá: Y ¿se puede infectar con un virus?
Técnico: Sí, pero lleva el mejor antivirus del mercado, el Norton. Puede estar tranquila.
Mamá: Es que si coge un virus con lo que ha costado…
Técnico: No se preocupe, está bien protegido.
Mamá: Entonces, ¿te ha quedado claro? (Mientras me miraba seriamente)
Yo: Sí mamá, clarísimo. (Mientras pensaba por mis adentros que se fueran ya tanto mi madre como el técnico porque quería meterle mano al ordenador).

¿Y qué equipo era? Pues un señor Packard Bell de la época que montaba un Pentium II a 350Mhz con 128Mb de RAM y un disco duro de 3Gb. Casi nada. Tampoco recuerdo más características del equipo, pero vamos, para la época, era una auténtica pasada. Llevaba Windows 98 primera edición, impresora, altavoces, micrófono de palo, monitor CRT de 14 pulgadas, teclado, ratón de bola,… Y un montón de aplicaciones y juegos. Aquello era la caña. Ah bueno, tan solo llevaba un lector de CD y (redoble de tambores), disketera. Vamos, una maravilla.

Qué ilusión tenía en mis adentros. Me pasaba días y días jugando, investigando, probando cosas… Recuerdo desplazarlo a la toma de teléfono para probar la conexión a Internet (jejeje) ? bueno, bueno, bueno… La llegada de la tarifa plana a casa con aquel modem de 56Kbs,… Aquél modem ya era algo moderno ya que se conectaba con puerto USB, quiero recordar. No existía la WiFi chavalería…

Y pasaron los años hasta que en 2005, recién entrados ya andaba estudiando informática y sí o sí necesitaba renovarme el equipo. Antes os había dicho que duró 10 años, y es que así fue, lo seguí utilizando de servidor web para mis primeros pinitos programando y trasteando y le monté un Linux.

Como iba diciendo, en 2005 me compré mi segundo ordenador personal. Quiero recordar que me lancé por un AMD Athlon X64 con 1Gb de RAM y un disco duro de 250Gb, pero no estoy del todo seguro. De este equipo casi ni me acuerdo. Me acompañó hasta el 2009-2010. Unos 5 años. Y dándome problemas, cosa que con el Packard Bell no tuve ni uno. Le instalé un XP profesional, como es lógico para la época. Y bueno, no estaba mal, ahí empecé a programa más en serio. Incluso hice mi primera aplicación web cobrando con ese cacharro.

En 2010 mi tercer ordenador personal. En esta ocasión un i5 de segunda generación, un disco duro de 1Tb y 2Gb de RAM DDR2. También le metí una tarjeta gráfica, pero no recuerdo cuál. Sí recuerdo que la tuve que cambiar porque me petó a los dos años. No era una gran máquina, las cosas como son. Y terminó petando en 2017. Esta me duró un poco más. Supe cuidarla y tratarla mejor e incluso ampliarla cuando me hizo falta. Al menos 2 cambios de disco duro y otros dos de fuente de alimentación.

Llegamos a 2017. Me compré un equipo algo más potente, con un i7 de 7ª generación, 16Gb de RAM DDR4 una 1060Ti Nvidia, disco SSD de 250Gb y un HDD de 2Tb para almacenamiento. No estoy mencionando las placas base, pieza fundamental en un equipo, pero no lo hago porque nunca recuerdo los modelos… 🙂

Y por fin llega el 2019, el presente. Se acercaba mi cumpleaños y nunca antes había tenido un portátil. Buscaba algo que realmente fuera portátil, es decir que la batería aguantara bastante, que tuviera bastante potencia y sea ligero en peso y en capacidad de procesamiento. Estuve al punto de adquirir equipos portátiles que llevaban Linux como este MSI PS63

O incluso este Vant ultraMOVE-s

Al final me decanté por este MacBook Pro de 15 pulgadas con un Intel i7 de 6 núcleos a 2,2Ghz 16Gb de RAM 2400Mhz DDR4 Tarjeta gráfica Radeon Pro 555X 4 GB para cuando el equipo necesita el máximo rendimiento gráfico y para la ofimática y trabajo web utiliza la gráfica integrada Intel UHD Graphics 630 1536 MB para ahorrar recursos, ya sabes, la batería. Una combinación perfecta. Es la versión de 2018 y actualmente viste el MacOS Catalina, una pasada, las cosas como son. La batería dura una vida, la calidad de la pantalla, simplemente sin palabras. El sonido es espectacular. El rendimiento, inmejorable. Veloz, potente, y porque no decirlo, bonito.

Está claro que por el precio que tiene puedes encontrar máquinas que corran Windows o incluso Linux, muchísimo más potentes que esta máquina, pero amigos… Tengo que decir que el peso, la calidad de los componentes y acabados, las prestaciones que ofrece,… No tiene parangón.

Así que, en marzo de este año recibí esta preciosa máquina en su cajita blanca y bonita y lo acompañé con el Apple Magic Mouse 2 que me encanta. Además, ¿alguien sabe decirme cuánto le aguanta la batería a este ratón? Porque escucha, nunca recuerdo cuándo fue la última vez que lo cargué. De hecho, lo pongo a cargar muy de cuando en cuando, podría decir que una vez al mes, simplemente porque no recuerdo cuándo lo puse a cargar por última vez y por ahora nunca me lo he encontrado sin batería. Puede que hasta lleve dos o tres meses sin cargarlo. Es una pasada.

Os dejo enlaces por si os interesa echar un vistazo a la máquina que tengo ahora mismo ya que es un equipo que no te dejará indiferente. Sobre todo si quieres un portátil para escribir o para programar, te puedo asegurar que su teclado y el tacto del mismo es una pasada. Cumple con creces las expectativas.

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